Hoy fue nuestro primer día en San Carlos de Bariloche. Llegamos luego de hacer los 70 km que nos separaban de Villa La Angostura.
Ya con sólo ver la ciudad de Bariloche nuestras sonrisas empezaron a desaparecer. No es que tengamos algo en contra de esta ciudad, pero veníamos de unos lugares tan lindos con unas vistas tan espectaculares, que llegar a la ciudad nos hizo acordar de que éramos bichos de ciudad, y que dentro de poco tendríamos que volver a Capital Federal.
Llegamos a la hostería ya pensando que no sería lo mismo que las hosterías en las que estuvimos. Esta estaba ubicada mas bien en el centro, cerca del Centro Cívico pero para arriba. Se llama “Las Marianas” y la verdad que no le teníamos fé. Llegamos y nos desilucionamos bastante. No era feo, pero no esta muy bien ubicado, no tiene buena vista, los cuartos tienen un olor muy particular, no a humedad pero a un perfume raro.
Ni bien llegamos nos miramos y decidimos buscar otro lugar. No queríamos pagar lo mismo que veníamos pagando por una hostería que tenía vista al lago, cama king size, un baño amplio y lindo, por una hostería no muy bien ubicada, con olor a naftalina y un baño que para entrar en la ducha tenés que hacer contorsionismo.
Empezamos a buscar por internet y marcamos algunos lugares. Fuimos a verlos y o eran horribles o eran carísimos y horribles. Buscamos cabañas, bungalows, hoteles (hasta nos metimos en el Ausonia, para estudiantes!), y nada. Finalmente nos dimos cuenta de que el lugar donde estábamos no era tan malo. Estaba limpio y a comparación del resto era de lo mejorcito que pudimos encontrar por ese precio.
Luego de investigar un poco y charlarlo, decidimos volver a Villa La Angostura, pagar unos pesos más e irnos a un hotel a todo trapo, con pileta, vista al lago etc. El hotel se llama “Sol Arrayán”, y resultó ser de un conocido.
Como ya teníamos pago casi un 50% de la estadía en las Marianas, nos quedamos hasta el Miércoles y ahí volvemos para allá a terminar nuestros últimos días en un lugar que nos de agrado estar. Seguramente volveremos a Bariloche mientras estemos en Villa la Angostura ya que sólo nos demora unos 45 minutos en llegar, porque honestamente no hay mucho para hacer allá más que la clásica visita al Bosque de Arrayanes y algún que otra excursión.
Así que aprovechamos el día para recorrer un poquito el centro y descansar (mas que nada dejar pasar el día).
A la noche me junté con Alexis, mi amigo de hace ya unos cuantos años con el que empecé a viajar al Sur de mochilero allá por el 2000. Justo coincidió que el venía para acá en la misma fecha que yo, así que fuimos a cenar a una pizería. La noche terminó en la heladería La Jauja ubicada a una cuadra del Centro Cívico.
Hoy estuve bastante angustiado como para sacar fotos. Bah…saqué pero ni valen la pena publicarlas.