Hoy tuve una de esas experiencias dignas de contar. Pasé por un Apple Store a ver si me cambiaban un lector SD con conector lightning que compre hace como dos años. Sirve para conectar una memoria SD al iPad y así transferir las fotos y/o videos que hayan en ella al dispositivo.
Desde el primer día que nunca me anduvo (y por lo que busqué en internet no estuve solo) y no tuve oportunidad de devolverlo…hasta hoy.
Entré, me cruzó uno de los que atienden adentro, me pregunto que necesitaba, le dije que tenía el accesorio que nunca me había andado. Me pidió que lo siga, buscó uno nuevo, me lo dio y me dijo que aguarde unos segundos mientras me daba el ticket del cambio. No me hizo ninguna pregunta. Hasta se quedo viendo si andaba cuando vio que saque mi iPad de mi mochila ya que -según me dijo- nunca lo había visto en acción. Lo probé, anduvo y todo listo.
Mas tarde ese mismo día me acordé que tenía que comprar un cargador para un Apple Watch de un amigo. Se me cruzó otro que atendía, me preguntó que quería, le dije que necesitaba el accesorio, me pidió que lo siga, saco el cargador y me pregunto como iba a pagarlo. No llego a terminar la frase que ya tenía mi tarjeta de crédito en mi mano. La paso por su iPhone modificado para cobrar, me dijo “tu recibo ya esta en tu casilla de mail. Que tengas un buen día” y se fue. No tardé ni 1 minuto y medio en estar listo.
En ambos casos la sensación fue rara. Sobre todo porque vengo acostumbrado a que en mi país todo sea con mil vueltas. En el primer caso me hubieran dicho que me faltaba la factura de compra, que los cambios se hacían de 3AM a 4:37AM los domingos feriados y que tenía que tener la cajita original.
En el segundo hubieran tardando en atenderme, en traerme lo que quería, en cobrarme, etc.
Definitivamente una experiencia de compra que vale la pena mencionar por lo eficiente en todo sentido. Sobre todo porque el Apple Store estaba hasta las manos de gente. Todo el proceso es algo que no esta librado al azar bajo ningún punto de vista.