Para el día de hoy teníamos programado un paseo en un barquito privado por el Nahuel Huapi.
Llegamos al mediodía al Muelle Viejo y ya nos estaban esperando. Salimos en el María Elena y nuestro capitán fue Nicolás Olivieri.
Al principio pensábamos que nos iba a tocar un día muy frío pero apenas salimos empezó a levantarse temperatura con algo de viento fresco y el día fue ideal para navegar.
Recorrimos algunas bahías, pasamos cerca de Cumelén Country Club, la Bahia San Patricio y bajamos en la playa que sirve de acceso a prefectura para sacar a alguien del medio del camino hacia el Bosque De Arrayanes.
La idea original de Nicolás era comer una picada en la playa donde nunca hay nadie. Pero justo habían otras embarcaciones con gente y decidimos seguir navegando y comer algo directamente en el barco.
En todo momento Nicolás fué muy amable y atento. Verdadera vocación de servicio y apasionado por lo que hace. Nos contó sobre las especies autóctonas, las que fueron implantadas por el hombre y algunas de sus consecuencias. Por ejemplo, que trajeron las Yellow Jacket o chaquetas amarillas, esas avispas amarillas molestas que se encuentran generalmente en los campings y fueron introducidas para combatir a los tábanos. Son animales carnívoros y hay que tener cuidado con las personas alérgicas.
Traer a un predador para combatir a otro predador es algo que me recuerda mucho a un capítulo de los Simpson donde hay una situación similar con unas lagartijas.
Luego de un recorrido de 3 horas, parando en el medio del lago, en la playa y en otros puntos, emprendimos la vuelta al muelle para volver al hotel y aprovechar la pileta climatizada.
Más tarde, a eso de las 20:30 teníamos una reserva para cenar en La Delfina Restaurante que tiene una vista ideal para el atardecer, más allá que el sol no se esconde en ese horizonte.
La comida es excelente, sin mucha variedad de platos, pero bastante elaborados. El precio es aproximadamente un 30% mayor que el resto de los restaurantes. Vale la pena sin lugar a dudas.