El post de hoy apoya mi teoría sobre los taxistas. Ayer me tomé un taxi y un señor muy amable me llevó a mi destino. El taxi era un Fiat Uno del 2007 según me contó y estaba en muy buen estado, de esos que uno dice “impecable”.
Cuando le pregunté sobre el auto, el conspirador taxista me dijo que se lo había comprado porque para la calle no hace falta poner más plata. Me confirmó que hacía la misma plata que un taxista que andaba en un Renault Megane o cualquier auto moderno que se vea en la calle. Pero con la diferencia que él había recuperado la inversión en la mitad de tiempo ya que el auto costaba la mitad que cualquiera de ellos. Incluso afirmó con seriedad que el tema de tener un baúl grande no sirve para nada, porque en definitiva él nunca hace viajes a Ezeiza y que los taxistas comunes a duras penas agarran 1 cada 5 o 6 meses. Según él, empresas como Manuel Tienda León acapararon todo ese mercado.
Seguimos hablando un rato sobre las bondades del simpático autito y luego la charla se desvió hacia los autos que tenían sus hijos. No mucho después de eso empezó a comentarme que estaba pensando en comprarse un auto nuevo a fin de año, específicamente un Renault Logan. El motivo de su selección era justamente en baúl y el tamaño del auto. WTF? No acabaste de decirme lo contrario hace 5 minutos?
Insisto. Los taxistas nos están tomando el pelo. Ellos se divierten con este tipo de cosas. Es de lo que hablan cuando se juntan en las estaciones de servicio a cargar gas. Es una conspiración. Y nosotros somos sus víctimas.