Ayer fuí a cenar a lo de un amigo y hablando de la vida, tocamos el tema del país, de lo mal que está, que la plata no alcanza, que los precios son una locura y todo eso.
Luego, dando vueltas sobre ese tema, empezamos a conversar sobre cómo uno se toma estas cosas y terminamos hablando sobre un video de Víctor Kuppers en un Ted Talk que habla sobre la actitud:
Luego más tarde, me compartió también este otro:
Mientras charlábamos sobre esto, recordé, y le conté una anécdota que tuve hace unos años.
Resulta que juego al tenis y al pádel bastante seguido, y hace un par de años, tenía armado unos partidos los fines de semana con un colega que tenía un nivel similar al mío. Me animo a decir que el 70% de las veces le ganaba, con cierta dificultad, lo que hacía los partidos entretenidos.
Pero hubo un período donde tuve una seguidilla de partidos donde no metía una y claramente perdía. Y no fueron uno o dos partidos, sino varios y con diferentes contrincantes.
El tenis es 50% técnica y 50% cabeza. Es entender tus fortalezas, las debilidades del otro, definir una estrategia y aplicarla, corregirla y adaptarse. Todo de manera constante ya que tu oponente, muchas veces, está haciendo lo mismo, buscando tus debilidades y ajustando su estrategia. Y como está tu cabeza influye mucho en todo esto. Es inevitable pensar en “que mal estoy jugando”, “no entiendo lo que estoy haciendo”. Y eso claramente te juega en contra.
Habiendo pasado varios fines de semana bastante frustrado, tomé alguna clase particular con un viejo profe mío para que me ayude a identificar mi problema. Me tiró un par de pelotas para un lado, para el otro y su conclusión fue contundente. Me dijo: “Tu técnica está bien, tu problema es de la cabeza”. Me devastó.
Pero me sirvió para entonces empezar a buscar justamente como hacer para salir de esa traba mental que tenía mientras estaba en un partido de tenis.
Leí varios artículos, vi varios videos y me acuerdo que hubo una frase que me sirvió mucho para destrabar mi cabeza.
Nunca te digas a vos mismo, lo que no le dirías a tu compañero de juego, porque podrías empezar a creértelo.
Está claro que nuestra mente es muy hábil, pero es muy fácil engañarla. Repetite algo en la cabeza y en algún momento te lo vas a empezar a creer.
Entrar en un espiral mental negativo influye no sólo en cómo pensamos sino en lo que hacemos y como lo hacemos.
Y no aplica sólo al tenis o cualquier deporte, sino a todo lo que hacemos.
Todos tenemos malos días. Pero cuando me siento abrumado y con los “ufffs” que menciona Víctor, dejo de repetirme y cuestionarme lo que estoy haciendo (o no haciendo) y busco tener un cambio de acitud para disfrutar lo que estoy haciendo. A veces sale, a veces no, pero lo importante es no hundirse en un mar de “ufffs”. Porque eso se contagia y se derrama.
Y nadie quiere estar con una persona así, ni siquiera uno mismo.