Domingo, 11am. Me levanto con Mari para partir rumbo a Pilar donde nos espera un clásico asado con pechito de cerco, chori, cuadril, lomo, provoleta y ensaladas varias.
Todo muy rico, todo como corresponde. Almuerzo en familia (la de ella).
Afuera: 30 grados, la pileta y el sol.
Subo, me pongo mi malla nueva (re canchera) y me tiro en la reposera.
No pasan 2 minutos que veo entrar por debajo de una teja levantada a un pájaro carpintero de penacho blanco. Entra y sale cada 3 minutos. Entra y sale cada 3 minutos. Entra y ….me aburro
Me levanto, busco la cámara, vuelvo y me acuesto. La prendo y me quedo enfocando la teja. Aparece y ….”TRRRRRRRRRRR” hacé la cámara. 16 fotos en un segundo.
Lo veo salir y…”TRRRRRRRRRRRR” disparo de nuevo.
Seguí tomando sol, pileta va, pileta viene. Me aburro de tanto calor, agarro de nuevo la cámara y salgo a sacar fotos de lo que hay alrededor.