(Este post es la continuación de este.)
Si tener la mala suerte de que te toque en la columna central y en el asiento del medio durante 10 horas y con un oso en celo al lado y Pavarotti atrás te sonó a poco, seguí leyendo porque esto recién empieza.
En el vuelo de Dallas a San Francisco, nuevamente me toco en el asiento del medio pero en la columna lateral. Los aviones de cabotaje son mas chicos, con dos columnas de tres asientos cada una.
El vuelo de cabotaje es de la misma compañía, y a pesar de ser un avión mas chico y un trayecto mas corto (3 horas y pico), todo parece ser mucho mas cuidado que el anterior. Incluso las azafatas son mas amables y te tiran algún comentario mas y una sonrisa, en vez de solo preguntarte: “beef or chicken?”.
A mi lado izquierdo, en este preciso instante que escribo este articulo, tengo sentada a una señora en sus 60’s clavandose un combo de esos que ni en mi adolescencia me llegaba a terminar. Acompañado de una bolsa mediana de papas fritas. Eso si, la Pepsi que se pidió es diet, no vaya a ser cosa que engorde unos kilitos de más.
A mi derecha otro personaje. Un pibe de 15 años con un iPhone 4. Cuando me vio jugando al Angry Birds RIO, disparó el mismo juego en su dispositivo. Yo por adentro pensaba “este mocosito me querrá dar cátedra de como pasar los niveles?”. El clima desafiante se sintió durante un segundo ya que por suerte cambió de juego al poco tiempo. Sino esto terminaba mal (?).
Mientras termino de escribir esto me pregunto si la señora de la izquierda, la del combo, sabrá algo de español ya que me parece que me esta mirando la pantalla. Americana es, pero espero que no sea profesora de español.